La noche mágica de la gloria cubana (crónica 4ª)

LA NOCHE MÁGICA DE LA GLORIA CUBANA (CRÓNICA 4ª)

Por Ángel García Muñoz.

Veinticinco años después de la creación de la primera Casa del Habano se celebró el aniversario en una cena de Gala a la que asistieron más de quinientas personas de todo el mundo donde disfrutaron de actuaciones musicales hondamente cubanas.

Un espectáculo en el que destacó la presentación de dos nuevas vitolas de La Gloria Cubana en un humidor diseñado especialmente para la ocasión.

Hasta el momento se han abierto 146 Casas del Habano que se extienden por 65 países, aunque –según el Vicepresidente de Habanos Javier Terrés-, las perspectivas son tan halagüeñas que, posiblemente, este año se pueda llegar a las 160, muchas de ellas en China, recordando que la primera se estableció en Cancún (México) y luego se han derramado por todo el mundo.

Las casas del habano son establecimientos donde se pueden adquirir todas las vitolas de Habanos y en los que el aficionado es exquisitamente atendido por expertos que le aconsejan e informan de los cigarros cubanos que pueda preferir. 

Junto con la cena, que fue dirigida por la prestigiosa chef belga Anne Marie Lauwers, quien me decía esta mañana que su mayor preocupación en la confección de los platos fue combinar los gustos de una concurrencia tan internacional (ya que allí se concentraron multimillonarios chinos, jeques árabes y personas procedentes de todos los continentes).

Lo logró con nota alta en presentaciones como el Mosaico de filete de pargo, salmón y basilisco de mousse de camarones con salsa perfumada al gin.

En medio de los números de música cubana, con bailarines y varios cantantes, los asistentes fueron obsequiados con una caja de las dos nuevas vitolas de La Gloria Cubana.

La primera de ellas se trata de una pirámide y la segunda de un Robusto Extra, cigarros que nunca se habían confeccionado en la marca y que estarán a disposición de los aficionados en las Casas del Habano de todo el mundo en unos meses.

Además de esas dos vitolas, los asistentes a la cena maridaron, entre plato y plato, un Hoyo de Monterrey Epicure de Luxe y un Cohíba Maduro 5 Genios, con una novedad como el ron Unión Havana Club, de alta regalía y 25 años de añejamiento, y el ron Elixir 33, más dulce y suave.

Pero la jornada había dado mucho más de sí puesto que también se celebraron diferentes actividades como la sesión de maridaje de habanos y vinos toscanos de denominación de origen Chianti.

Los cigarros elegidos para la ocasión fueron Le Hoyo de San Juan de Hoyo de Monterrey, con 150 milímetros de longitud y cepo 54, y el Montecristo Open Eagle del mismo formato, junto con los vinos Chainti Colli Florentini 2011y el Chianti Reserva Vigna 54 de 2012.

La conferencia magistral de la jornada estuvo a cargo de la directora del Museo del Tabaco de Cuba, Zoe Nocedo, quien explicó la larga tradición del lector de tabaquería, cuya actividad leyendo textos para los torcedores mientras elaboran los habanos, se remonta a más de 150 años.

Y con el taller denominado “El sabor de cada quien” numerosos participantes al Festival vieron sus sueños hechos realidad al poder elaborar su propio habano, con la ligada que más les apetecía y el formato que preferían.

En la sala se pudieron ver verdaderos adefesios de cigarros junto con otros que tenían muy buen aspecto. 

También ha dado comienzo el Seminario Internacional del Festival, en el que se dieron a conocer a los participantes. En general los datos coincidían con los que se adelantaron el lunes a los medios informativos de todo el mundo: las ventas de Habanos S.A. ascendieron a 439 millones de dólares en el año 2014.

La mañana del jueves ha sido pródiga en el revuelo formado por cientos de participantes en el Festival en sus visitas a las fábricas de La Corona y H. Upmann, en donde las escaleras, las galeras de torcedores y las salas de despalillado, así como los departamentos de la escogida de colores y control de calidad, se vieron enmudecidos por la multiplicidad de idiomas de los visitantes.

Nosotros estuvimos en la fábrica de La Corona, una de las más grandes de Cuba junto con la de Partagás, en la que se elaboran diariamente unos 30.000 cigarros y tiene más de 600 trabajadores.

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