Homenaje a Jesús Manchado

Homenaje a Jesús Manchado, noviembre de 2016

Restaurante Arce, 3 de noviembre de 2016

Charla de Joaquín Escrig en nombre de los socios del club pronunciada en la cena In Memoriam a Jesús Manchado en el restaurante Arce el 3 de noviembre de 2016.

Estamos cenando con Jesús.

Es importante este matiz: lo que más le gustaría ahora mismo a Jesús sería estar con nosotros. No soy nadie para contradecir sus deseos, y por eso puedo decir con orgullo que Jesús va a estar en la cena de hoy representado en este cuadro, y en el resto de las cenas estará en nuestros corazones.

No hay nada más hispano que hablar bien de los muertos. Es muy triste tener que esperar a que alguien ya no esté para poder hablar bien de él. Por esa razón no voy a hablar bien de Jesús. Porque tuve la suerte de conocerle y de disfrutar de su persona, y porque, como he dicho antes, no quiero aceptar la idea que Jesús ya no va a estar con nosotros. Por eso no voy a hablar bien de él.

Él es una persona que siempre ha estado sin estar: nadie le veía, sino que sólo se veía su sonrisa brillar. Nadie le oía, sino que su suave voz nos ponía junto a nuestros amigos y nos pegaba una sonrisa que se nos pegaba toda la noche. Como acabo de decir, Jesús siempre está sin estar, tal como lo está haciendo esta noche.

Quiero aprovechar su estancia aquí para darle las gracias por algo: muchas gracias por ser el guardián de nuestros recuerdos. Gracias a ti podemos coger tus fotos y recordar buenos momentos. Él ha guardado durante muchos años las imágenes de nuestras bodas, cumpleaños de nuestros seres queridos (incluso de nuestras suegras), fotos de nuestros trabajos, de nuestros hijos, recepciones en palacios, en embajadas y, lo que es más importante hoy, cenas con mucho humo, alcohol y amigos. En esta época digital que empieza a vivirse en la nube, tengo que agradecerte, Jesús, que me has dado los ladrillos de imágenes con los que construirme mi red social analógica: el “Jesús-Book”, donde puedo ver y tocar a mis amigos, hacer “likes” con ellos al aroma de un habano, y darle al “me gusta” de los buenos momentos que recuerdo gracias a tus fotos.

Te deseo que sigas haciendo fotos allí donde estés, y que, con cada una, sigas pegando sonrisas que nos cierren la pena que tenemos en el alma.

Muchas gracias amigo. Va por ti.

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