Crónica de la cena del mes de julio en ARGO

Crónica de la cena del mes de julio de 2016

ARGO, 7 de julio de 2016

Creo que todos recordamos la sensación de ir a las primeras fiestas cuando teníamos dieciséis años (algunos iban antes, pero el que esto escribe tuvo una “adolescencia tardía”…). Llegaba la madre del que hacía la fiesta, nos plantaba un par de besos, pasaba su mano por nuestro pelo recién repeinado (descolocándolo todo para nuestro disgusto, ya que esa acción probablemente implicase que nuestro amor platónico ya no se iba a fijar en nosotros) y nos daba nuestra primera coca cola (para la cerveza todavía faltaban un par de años).

Eso pasó con nuestra visita a ARGO. Después de la excelente cena de Navidad, llegábamos todos a la plaza de Santa Ana para ver si le nueva fiesta iba a ser igual de buena que la última, y fuimos recibidos por Diego (la mamá de que todos tenemos en ARGO). Yo fui de los afortunados a los que Diego le pudo pasar la mano por el pelo (ya quisieran otros…), y me acompañó a darme mi primera copa de vino a la discoteca, donde se pudimos degustar una vez más del jamón de Juan Manuel recién cortado mientras comentábamos los avatares (o más bien penurias) de la selección en el campeonato de Europa.

En la discoteca pudimos empezar a degustar los vinos de Arzuaga. En especial, me gustaría recalcar la excelencia del blanco y el rosado (yo no soy especialmente aficionado al rosado, pero este estaba excelente). La frescura y el sabor de ambos maridaba perfectamente por el jamón, y, debido a ellos, ni el vino ni el jamón fueron suficientes, por lo que, tras dar buena cuenta de las viandas, bajamos todos a ritmo marcial con dirección al comedor.

Siento repetirme, ya que es algo que escribo cada vez que lo pruebo, pero… ¡Que rico está el foie de ARGO! Es impresionante la cremosidad y el sabor del mismo, perfectamente acompañado por el aceite de arbequina. A continuación degustamos un consomé gelee con verduritas que suavizaron nuestro paladar para poder tomar un excelente tataki de atún rojo. Es curioso ver como una carne recia como la del atún puede desmigarse al tacto del tenedor, y como invade nuestra boca en cada bocado.

Como sorpresa, Diego nos dio la opción de tomar una carrillera de cerdo o un steak tartar de solomillo. Una gran mayoría y yo tomamos lo segundo, y me sorprende la excelente capacidad de organización para que pudiesen preparar en el momento más de 30 steak tartars con puntos de picante individualizados. La carne excelente, como no podía ser de otra forma al ser productos que salen de la cocina de Mayte Camarillo. Acabamos la cena con una suave y ligera tarta de manzana que nos proporcionó una estupenda sensación de saciedad que no significó en absoluto pesadez.

No quisiera terminar sin citar la cata vertical de los vinos de Arzuaga que disfrutamos durante la cena. En primer lugar, la selección de vinos fue excelente, teniendo en cuanta los distintos platos que estuvimos degustando, y elaborando la relación de los mismos en función de las características de fortaleza, textura, aroma y sabor de cada componente del menú. Así mismo, pudimos disfrutar de una amena introducción a cada vino, en la que nos indicaron de forma breve e interesante las características de cada uno de los caldos que íbamos degustando, su historia y origen y la razón por la que fueron elegidos.

Tras el postre comenzamos a encender nuestros Belicosos de Bolivar. Este excelente habano ya fue comentado en la crónica de la última cena de la Huerta de Tudela, y las notas de cata pueden encontrarse en la página web, por lo que sólo diré una cosa: ¡El puro es excelente! Es una lástima la dificultad de encontrarlo en los estancos para su venta porque personalmente creo que es una vitola que debe estar presente en todo humidor que se digne llamarse así. Mientras estábamos fumándolo, nuestro presidente tuvo a bien contarnos las próximas novedades del club para los próximos meses, y Diego nos dio las gracias por nuestra asistencia. Finalmente, asistimos a una original cata del Belicoso de Bolivar.

Me gustaría terminar esta crónica comentando que tras la cena, algunos valientes nos desplazamos al ático de ARGO para poder seguir degustando su excelente colección de alcoholes. Las vistas que disfrutamos fueron sencillamente excelentes y espectaculares, y fueron un colofón ideal para la temporada que terminamos. Volveremos a reiniciar las actividades el próximo jueves 8 de septiembre en ARGO.

Feliz verano a todos.

 

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