Crónica de la cena de mayo de 2015 en Restaurante De La Riva

Crónica de la cena del mes de mayo de 2015

Restaurante De la Riva, 28 de mayo de 2015

Hace ya más de 10 años que un grupo de amigos empezamos a reunirnos para fumar alrededor de las mejores mesas de Madrid. El componente de amistad ha seguido muy vivo desde entonces, y los socios del Club hemos actuado siempre como una piña ante los problemas que hayamos podido tener individualmente.

Uno de nuestros grandes amigos es Pepe Morán, dueño del restaurante De la Riva y, como él mismo se define, español, amante de los toros y madridista confeso. La celebración de la feria de San Isidro era la excusa perfecta para cenar en casa de Pepe, pero los malos resultados cosechados por el Real Madrid (tanto en la liga como en la Copa de Europa) fueron la espoleta que detonó nuestras ganas de acompañar a nuestro amigo Pepe en estos malos momentos…

¿Cómo podíamos alegrar a Pepe? Claramente la mejor manera era deleitarnos con su comida, disfrutando de su cocina y de su compañía. De la Riva es un sitio donde se va a comer, y Pepe se jacta de que en su casa no se da de comer, sino que se sirven comidas españolas tradicionales y de calidad. Así pues, entendimos que estar en compañía de amigos, comiendo y fumando con ellos, era la mejor manera de hacer que Pepe pasase una noche inolvidable.

Al llegar al restaurante nos encontramos con la agradable sorpresa de que en el mismo se estaba celebrando una exposición del pintor Javier Monge. Mientras estuvimos fumando nuestro Perlas de Rafael González Márquez mientras tomábamos nuestros refrescos, vinos y cervezas con el jamón del bueno cortado por Miguel y la tortilla de patatas nuevas (por cierto, la tortilla de De la Riva es uno de esos manjares tradicionales que uno recuerda durante mucho tiempo) pudimos contemplar la obra de Javier, un pintor hiperrealista con un espectacular dominio de la luz. Sus excelentes cuadros eran como ventanas en el restaurante, desde donde se podían observar preciosas vistas pintadas de Madrid, Venecia, etc.

Ya sentados a la mesa continuamos con los aperitivos: unas rabas fritas de calamar fresco a la sartén (uno de los clásicos de De la Riva), unos bocartes albardados con anchoas de salazón (me remito a la crónica de la cena de mayo de 2014 para recordar la preparación de tamaño manjar) y unas verduritas de la huerta en panaché (la verdad es que comprar las verduras a tempranito y a diario en el mercado de Chamartín es un gran engorro, pero la diferencia que puede apreciarse en cada bocado es algo espectacular).

Así mismo, iniciamos la degustación del vino: un excelente Viña Eizaga crianza 2011 tomado de las exclusivas botellas primato. Estas son unas botellas de 27 litros de capacidad que son seña identificativa de De la Riva (Pepe manifiesta en su web que si alguien le dice algún sitio donde se usa diariamiente, y no como decoración, las botellas primato, esa persona será invitada el vino en esa comida). Para servir el vino, en De la Riva han diseñado un botellero que sirve el vino usando nitrógeno gaseoso (un gas inerte que no modifica las condiciones del vino y que evita que este esté en contacto con el oxígeno).

Como segundo plato pudimos elegir entre un rabo de toro estofado o delicias de merluza en salsa marinera con gambas y almejas. Yo tenía bastante clara mi elección, ya que soy un ferviente admirador del rabo de toro en general, y del de De la Riva en particular, pero por un problema logístico (entiéndase esta expresión como explicación de lo que ocurrió en realidad: me equivoqué al pedir), tuve que tomar la merluza. La textura de esta era espectacular, muy sabrosa, con un punto justo y que además quedaba realzada con la espectacular salsa marinera, en la que las gambas y almejas eran el colofón ideal. Vuelvo a repetir lo dicho anteriormente: comprar tempranito y a diario en el mercado de Chamartín es un gran engorro, pero la diferencia que puede apreciarse en cada bocado es algo espectacular.

Tras la tarta de queso casera con chocolate caliente, y como viene siendo tradicional, nuestro presidente Bernard agradeció a Pepe su magnífica labor de anfitrión para luego comentarnos las últimas novedades del club, tras lo que dio paso a la esperada clase magistral de Angel García Muñoz que, con su habitual sabiduría y torería madrileña (como puede verse en la foto adjunta), tuvo a bien hacernos una interesante nota de cata del cigarro que nos empezábamos a encender: el Por Larrañaga Picadores que combinó perfectamente con el surtido de bebidas que estuvimos degustando: whiskey Glenfiddich, ginebra nº 3, ron Brugal, etc.

Después de haber terminado nuestros habanos, empezamos a recogernos a la hora habitual cercana a la una de la madrugada, quedando emplazados a la próxima cena de gala, que tendrá lugar el próximo jueves 25 de junio en nuestra sede social de ARGO.

Hasta pronto.

 

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